Santiago - 2016
Este libro ha sido confeccionado sobre la base de una profunda revisión bibliográfica de varios cientos de trabajos científicos y de difusión, revisiones de muestras existentes en museos y sobre todo, de una gran revisión en terreno de las poblaciones que habitan Chile. En el transcurso se ha intentado avanzar con cautela, mantener una visión autocrítica constante, apoyada en opiniones y visones de otros expertos.
Se presenta una cantidad considerable de información inédita y nueva para el conocimiento, entre las más destacables se encuentran: poblaciones aún no descritas; descripción de especies nuevas; diagnosis entre especies parecidas; anotaciones de campo sobre conducta y ecología; ampliaciones y reducciones de distribuciones geográficas y aclaraciones taxonómicas. Gracias a los avances de la fotografía digital, se ha generado un respaldo de las observaciones y gran parte se incluye en esta obra. Además, en cada una de las tomas se indica la localidad en que fue capturada y por lo tanto, aunque la taxonomía cambie, el respaldo fotográfico seguirá siendo útil.
Aunque este libro no es un trabajo científico convencional, se apoya en instrumentos de medición y pensamiento científico, en especial de la observación, búsqueda de patrones regulares, sistematización del conocimiento y establecimiento de algunas reglas generales.
En el proceso de confección del libro, surgieron algunas especies de las cuales -si bien existen algunas indicaciones sobre los lugares donde fueron descubiertas- estas referencias geográficas resultan demasiado generales, siendo en la práctica inviable dirigir una expedición para encontrarlas.
Además, al indagar sobre la existencia de estas especies se presentó la difícil situación de que ninguna persona conocedora (guarda parques regionales, investigadores de terreno, herpetólogos expertos, entre otros) tenía conocimiento sobre la existencia de alguna población en algún lugar de Chile. A pesar de la incertidumbre sobre sus distribuciones geográficas, de todas formas se realizaron intentos de manera persistente para encontrarlas y gran parte de ellas han sido halladas y fotografiadas. Surgen varias preguntas sobre aquellas que aún no han sido encontradas: ¿hace falta más suerte y/o el esfuerzo no ha sido suficiente?, ¿habrá algún error en la etiquetación de la localidad de origen?, ¿estarán frente a nuestras narices formando parte de alguna de las especies o poblaciones ya conocidas?, ¿habrán desaparecido estas poblaciones?. Todas estas son preguntas razonables y no se pierde la ilusión de algún día tener respuestas plenas a estas interrogantes y en el futuro, resolver el misterio que envuelve a estas especies. Por el momento, las que aún no se han encontrado aparecen representadas a través de montajes digitales (fotomontajes) o mencionadas en las Notas Taxonómicas.
Uno de los grandes desafíos de esta obra, fue confeccionar mapas de las distribuciones geográficas.
En función del tiempo, los recursos y los antecedentes disponibles, se intentó realizar mapas lo más detallados y veraces posibles. En muchos casos se realizaron viajes a comprobar la existencia de ciertas poblaciones, en especial aquellas de los extremos de las distribuciones y que aparecen mencionadas en la literatura sin un respaldo material, lo que sumado a otros motivos resulta razonable ponerlas en duda. En varios casos la razón es evidente y se pudo verificar en terreno. Por ejemplo, aquellas especies que en el pasado eran consideradas de amplia distribución y que luego fueron “segmentadas” en especies nuevas de distribución más acotada, durante décadas se ha seguido mencionando en la literatura la distribución antigua de la especie, traspasándose el error. Es por esto que se acotan las distribuciones de algunas especies, de las cuales se sospechó algún error y que pese a los esfuerzos, no han podido ser verificadas en dichos lugares. Finalmente, a grandes rasgos, se confeccionaron dos tipos de mapas, aquellos para especies de amplia distribución y aquellos para especies de distribución reducida. Los de amplia distribución siguen un modelo simple confeccionado sobre la base de altitud, latitud; más la exclusión de algunos tipos de hábitat gruesos dónde se presume que la especie no se encuentra, como por ejemplo: lagos, lagunas, ciudades, etc. Para las especies con distribución reducida la metodología incluyó, además de la altitud y la latitud, coordenadas georeferenciadas en las que se ha encontrado la especie y se trató de generar polígonos continuos, basados en una fotointerpretación de las coberturas vegetales o superficiales; para esto se analizó la textura, el color y los objetos discernibles.
Se espera que con el pasar de los años, a través de la divulgación de este y más conocimientos, con el uso masivo de Internet y con la fotografía digital de alta resolución, el esfuerzo de muestreo aumente de manera significativa y se pueda contar con mapas de distribución geográfica mucho más precisos.
Una deuda importante de esta obra es abordar la taxonomía de una manera más integral, que incorpore en el diálogo la visión de los herpetólogos de países vecinos. Por ejemplo, hay sospechas fundadas de que un mismo grupo de poblaciones y hasta una misma población, posee distintos nombres a un u otro lado de la frontera. Ojalá que más temprano que tarde se establezcan los canales de comunicación y un diálogo que permita integrar a investigadores de Argentina, Bolivia, Chile y Perú.
Si bien el objetivo inicial fue mostrar la variabilidad de los reptiles que habitan Chile, se tomó la decisión de mostrar las distintas poblaciones a través del concepto de especie, esto bajo el paradigma que el orden permite ver con mayor claridad las similitudes y diferencias y, por lo tanto, reconocer la variabilidad. Es importante mencionar que en el camino aparecieron una serie de dificultades en el reconocimiento de algunas poblaciones y la delimitación morfológica de éstas con respecto a otras poblaciones emparentadas y parecidas. Hay algunas poblaciones de ubicación intermedia, asignables a más de una especie o, quizá, visto desde otra perspectiva, no asignable a ninguna especie conocida. Algunas poblaciones consideradas distintas especies sobre la base de ejemplares de localidades distantes, no presentan límites geográficos claros y es más, existen poblaciones con distribuciones intermedias y con características morfológicas intermedias, similares a ambas, lo cual sugiere un trato distinto, como una unidad única. En otros casos, fue posible tomar conciencia de que la variabilidad de una población era mayor de la conocida y que los nuevos rangos medidos incluían a otras poblaciones consideradas previamente como especies distintas. En este proceso surgió la duda sobre el estatus de algunas especies que fueron tratadas de una forma particular y se mencionan en el apartado Notas Taxonómicas. Para resolver estas dudas la estrategia general fue visitar la terra typica de la especie o en su defecto las localidades en que han sido mencionadas para Chile, luego contar escamas y medir a los individuos encontrados en terreno y, también, a los depositados en museos, finalmente para comparar.
En la naturaleza hay muchísima variedad, entre los distintos individuos que componen una población y más aún entre las distintas poblaciones que componen una especie. La visión antigua y rígida de separar poblaciones en “cajones” no se acomoda del todo al fenómeno natural. Si no se considera la variabilidad o no aprendemos a observarla, probablemente se tomarán decisiones taxonómicas que atentarán contra el orden, lo práctico y lo útil, fundamentos constitutivos de la taxonomía.
Este libro pretende mostrar el resultado de varios años dedicados a largas jornadas de investigación, cuestionamientos y elucubraciones y, sobre todo, intensos viajes por Chile.